Una investigación asegura que el arbolado urbano ayudó a evitar 153 muertes atribuibles a las islas de calor en Londres

Una investigación realizada por científicos/as de universidades británicas asegura que el bosque urbano de Londres ayudó a evitar 153 muertes de 2015 a 2022 atribuibles a los efectos de las islas de calor. El trabajo ha sido liderado por Jonathon Taylor, de la Universidad de Tampere y en el han participado Charles Simpson, Oscar Brousse, Anna-Kaisa Viitanen y Clare Heaviside, que hicieron uso de la red de estaciones meterológicas de la metrópolis y datos  meteorológicos oficiales del citado periodo.

El estudio, publicado en Environmental Research Letters explica que Londres ya está sufriendo los efectos del cambio climático, con episodios de calor extremo, como el de 2022 cuando se alcanzaron los 40 grados de récord. Recuerdan que esta exposición al calor puede verse incrementada por el efecto isla de calor urbana, debido al reemplazo de vegeración por materiales como el hormigón y el asfalto que retienen el calor a lo largo de horas. En Londres, explican, la diferencia entre la temperatura máxima media mensual urbana y la temperatura rural circundante se ha observado alrededor de 1,4 a 2,9 grados.

Y las consecuencias de esta exposición al calor, señala el estudio puede provocar graves efectos sobre la salud sobre todo en personas mayores, enfermos crónicos, personas en riesgo de exclusión y niños de muy corta edad. Las afecciones desarrolladas por el impacto del calor pueden acabar en la muerte de ciudadanos.

Esta investigación relaciona la cobertura del dosel del arbolado de Londres con las temperaturas que se producen bajo el mismo. Sus conclusiones son que en las áreas de la ciudad con mayor cobertura de dosel tienen temperaturas más bajas, y que el arbolado de la ciudad ayudó a evitar 153 muertes atribuibles al calor entre 2015 y 2022, que representan el 16% de la mortalidad por isla de calor. Añaden que aumentar la cobertura de los árboles en un 10% habría reducido estas muertes en un 10% más, mientras que una cobertura arbórea máxima dispararía la reducción de muertes en un 55%.

El informe puede consultarse en la web de Environmental Research Letters.