Sol i Vent Paisatges restaura el Hort d’Almenar de Burjassot

El día 12 de Diciembre tuvo lugar la apertura al público del parque Hort D’Almenar, -situado en el municipio valenciano de Burjassot- un singular espacio que dará mucho que hablar. Tras varios años cerrado y sin cuidados, el parque estaba en un estado casi selvático, por el gran desarrollo de las plantas trepadoras que invadían los árboles hasta sus ramas más altas. El jardín se había convertido en un auténtico “Mato Grosso” intransitable.

La restauración se ha llevado a cabo por parte de Sol i Vent Paisatges. Los trabajos han consistido básicamente en la recuperación del espacio mediante podas ligeras y la retirada de ejemplares muertos, asegurar ramas dañadas y partes de riesgo de los árboles,así como la replantación de arbustos y borduras de parcelas respetando el sentido original del parque con un diseño en cuadrícula con corrientes de agua y vegetación muy desarrollada además de un dosel arbóreo de gran calidad que genera un filtro de luz muy eficaz en todo el espacio verde. Otra labor importante realizada ha consistido en la restauración del sistema de riego por acequias que se alimentan de la Real Acequia de Moncada. La principal dificultad ha sido la imposibilidad de utilizar maquinaria en el interior del jardín por los estrechos pasillos y la ausencia de pavimentos.

Una de las principales características de este parque es el uso del sistema de riego por inundación gracias a la restauración y acondicionamiento de las acequias que se construyeron originalmente, sistema que genera una humedad y biodiversidad en el rico suelo con tan solo unos pocos riegos al año. Esta técnica de riego está en la línea de las nuevas tendencias europeas de biodiversidad y equilibrio biológico sin actuaciones agresivas ni pesticidas que afecten a todo el ecosistema. Gracias a esto la vegetación crece exuberante y genera un jardín con “mucha vida” por la cantidad de microorganismos que se generan en él.

Por otro lado, se consigue un ecosistema equilibrado puesto que tiene todos los componentes necesarios: suelo vivo, plantas tapizantes, vivaces y arbustos con flores y frutos todo el año que alimentan a una fauna variada, agua permanente, árboles adultos de gran porte que protegen su sotobosque de las temperaturas estivales y ofrecen cobijo a aves, insectos y demás organismos que enriquecen el espacio. El diseño del parque es acogedor, ordenado, amable y muchas veces íntimo, pero con espacios para todos los gustos. Es además un referente cultural debido a la presencia del sistema de riego por inundación que ya la utilizaban en la antigua Mesopotamia hace más de 10.000 años y fue extendido por los árabes en la península.

El visitante puede percibir este jardín con todos los sentidos al mismo tiempo: los aromas, el murmullo de las hojas y las corrientes de agua, las flores, los tenues colores del sotobosque y el movimiento del aire en las copas de los árboles. Como suele pasar con los espacios singulares, cualquier intento de describirlo con palabras lo empequeñece y la única manera se sentirlo en plenitud es visitándolo. Cada hora del día nos dará una percepción diferente del parque. No dejéis de hacerlo.