El lento avance de la modernización de los regadíos de la Acequia Real del Júcar no está siendo, por desgracia, el único problema al que tienen que enfrentarse los agricultores. Los robos en las instalaciones de riego, algunas de ellas recién construidas e incluso sin uso, han alcanzado niveles más que preocupantes.
Sirve un dato para hacerse una idea de la situación. Sólo en el último año, con las cifras actualizadas hasta agosto, los regantes han sufrido robos por valor de 450.000 euros.
Y hay varios casos en que con solo una 'visita' furtiva a los campos se han llevado material cuyo coste ha superado los 50.000.
Por esta razón, los regantes han tomado una decisión que se puede calificar de pionera, con la instalación de una red de videovigilancia, habitual en zonas residenciales e industrias pero muy poco frecuente en la inmensidad del campo valenciano.
El secretario general de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (Usuj), Juan Valero de Palma, explicaba ayer que ya han contratado el sistema, que supondrá la instalación de 40 cámaras que se situarán en los llamados cabezales de riego, que son las casetas a las que llega el agua de la red de transporte antes de ser derivada hacia los campos. La idea es comenzar a implantarlas de forma inminente.
Cada cámara está asociada a un sistema de acceso, de manera que el objetivo empieza a registrar imágenes en el momento en que se entra en el inmueble sin que se haya introducido el código personal. Se ubicarán en puntos estratégicos y de difícil acceso para evitar su manipulación.
La tipología de los robos sufridos en los regadíos tradicionales del Júcar es más que variada. Se ha sustraído de todo: cables, impresoras, ventanas, transformadores, grupos electrógenos, placas solares, contadores o herramientas, por citar algunos ejemplos. Incluso en una ocasión se llegaron a llevar un ciclomotor.
Lo más buscado
Los cabezales aglutinan la mayor cantidad de robos y los de más cuantía, al custodiar los equipos más costosos, como los transformadores o los sistemas de bombeo. Los hidrantes de las parcelas, que son las cajas de riego donde se ubican los contadores, también han sido objetivo prioritario de los amigos de lo ajeno, al existir una mayor facilidad de acceso.
Valero de Palma explicó que las cámaras se colocarán tanto en aquellos cabezales que están en funcionamiento como en los ocho que todavía no están operativos, a la espera de que se finalicen las obras de modernización. El gasto para los regantes ascenderá a 32.000 euros, contando con el mantenimiento.
Según los datos facilitados por Usuj, desde agosto de 2010 hasta la actualidad los robos se han multiplicado. En este tiempo los regantes han presentado 40 denuncias en relación al material sustraído, mientras que entre 2007 y 2010 se formularon diez, aunque en algunos casos se aglutinaron diferentes hurtos próximos en el tiempo.
Otra de las medidas adoptadas ha sido la custodia de transformadores y grupos electrógenos sin uso en un local de Algemesí, que además, está perfectamente vigilado. Valero de Palma señaló que también se producen reuniones periódicas con la Guardia Civil para mejorar la seguridad a través de recomendaciones o mediante teléfonos directos, con el objetivo de poder avisar a las Fuerzas de Seguridad si se dan situaciones sospechosas.
