EUROPA
Aprobada la nueva PAC, que se aplicará de 2023 a 2027, ahora es el turno de que cada país miembro le dé forma respondiendo a su realidad y necesidades a través de los nuevos Planes Estratégicos que permiten dar forma de forma personalizada a todo lo pactado. Pero ¿cuáles son sus puntos clave? ¿Qué opinan de ella las asociaciones y agrupaciones del sector?
Las principales claves
La opinión de los profesionales
FEPEX ha valorado “positivamente” el acuerdo sobre la reforma de la PAC. Señalan que serán clave, por un lado, el acceso de la generalidad de los productores a las ayudas directas, lo que les permitirá acceder a los eco-esquemas y, por otro lado, el contenido del Plan Estratégico Nacional, que incluirá las acciones que podrán desarrollarse en el marco de los programas operativos de las organizaciones de productores. Desde la federación consideran positivo que la reforma consensuada “mantenga sin cambios la regulación actual de las organizaciones de productores y sus asociaciones”.
Desde Asaja señalan por su parte que siempre se han mostrado “reticentes a muchos de los preceptos que se establecían en las propuestas de la Comisión, así como en el desarrollo de las negociaciones en el Parlamento Europeo y el Consejo Agrícola”, ya que consideran que “se aleja de las verdaderas necesidades del sector frente a un mundo globalizado, unos mercados cada vez más volátiles y unas condiciones de competencia internacional cada vez más duras”.
En este sentido, argumentan que “lamentablemente, la ambición ambiental y climática, que todos podemos compartir, no se ve en absoluto acompañada de su correspondiente mayor dotación presupuestaria, sino que deberán ser los propios agricultores y ganaderos los que tengan que asumir nuevas y más rigurosas prácticas bajo el paraguas de los llamados ecoesquemas, si aspiran a percibir un nivel de pagos equivalente al actual”. Respecto a la creación del Plan Estratégico, afirman que “es necesario, descender de la literatura que contiene una importante carga ideológica, como hemos podido comprobar, a la realidad de la situación de las explotaciones agrícolas y ganaderas en España, con su inmensa diversidad productiva y distintas estructuras a nivel de explotación, donde deben primar los criterios técnicos y agronómicos para así lograr mejorar la rentabilidad, viabilidad y competitividad de los profesionales agrarios españoles”.
Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) considera que, la reforma de la PAC “no es justa y acelerará el proceso de uberización del campo español y europeo”. “El texto aprobado no responde las verdaderas necesidades del modelo social y profesional agrario, mayoritario en Europa, al abandonar aún más los mecanismos de regulación de mercado”, aseguran. Hablan de que ello agravará el impacto de la volatilidad de los precios y acelerará “el inquietante proceso de concentración de la producción”. “Nos jugamos dejar en manos de un puñado de multinacionales y fondos de inversión la soberanía alimentaria de Europa", apunta el secretario general de COAG, Miguel Blanco.
Sobre los ecoesquemas apuntan que "detraer una parte tan elevada de las ayudas directas a los ecoesquemas es un recorte en toda regla” y añaden que "para recuperar ese 25% el agricultor tendrá que afrontar nuevos gastos que el mercado no remunera, con la consiguiente caída de rentas".
Otra opinión muy distinta tienen en la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que agrupa en España a los productores de carácter familiar y de pequeña y mediana dimensión.La entidad se ha mostrado “esperanzada” con el principio de acuerdo. Se trata de una valoración positiva, aunque con reservas, pues reconocen que hasta que no se cierre definitivamente por parte de los ministros de Agricultura “no terminarán de estar tranquilos”.
Destacan en positivo que el principio de acuerdo marca como obligatoria una ayuda redistributiva de como mínimo el 10% de los pagos para favorecer a los pequeños agricultores y también ponen el foco en el que la PAC establece un apoyo mínimo del 3% del presupuesto a los jóvenes agricultores y ganaderos menores de 40 años. Sobre los llamados eco-esquemas, UPA cree que, tal y como están planteados, “deben servir para reforzar a los agricultores y ganaderos familiares frente a modelos superintensivos y de gran dimensión”.