Las ciudades esponja son diseños ecourbanísticos que como su propio nombre indica son capaces de absorber un elemento natural tan preciado como el agua. Son urbes que pueden recibir grandes cantidades de agua pluvial sin que esto suponga inundaciones, que son cada vez más frecuentes en el mundo.
Ante el cambio climático y sus inclemencias, así como otras problemáticas como la sobrepoblación en algunos puntos del planeta, donde la escasez del recurso hídrico potable es preocupante, nacen iniciativas ecológicas como las ciudades esponja, cuyos dos principales beneficios son:
Los jardines verticales exteriores, los techos o azoteas verdes, los pavimentos permeables, los parques y zonas verdes son solo algunos ejemplos de herramientas usadas para crear ciudades esponja. Presentes en techos y paredes de áreas urbanas, cada una de las partes que forman un proyecto de ciudad esponja, crea ecosistemas capaces de aunar lo natural con lo urbano, además de apoyar la preservación de la flora y fauna local.
Por todo eso, se podría decir que las ciudades esponja constituyen una alternativa paisajista para frenar el cambio climático. Una solución ecológica que pretende cerrar la brecha entre los ecosistemas, los urbanismos y la tecnología hídrica. Gracias a la cual se podría mejorar la calidad de vida de las personas expuestas hoy en día a las inundaciones o la falta de recurso hídrico por el crecimiento de la población en las ciudades, así como contribuir a la preservación del medio ambiente.