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ENTREVISTA

"Actualmente interesa la recuperación del perfume, una característica casi perdida en las rosas modernas”

Entrevista con Matilde Ferrer, reconocida obtentora de rosas que recientemente ha ganado la Copa del Perfume en Suiza

21/07/2020 Autor: GuíaVerde
A la izquierda, la obtentora Matilde Ferrer. Foto: Ayto Alaquàs .

Matilde Ferrer, de Rosales Ferrer, ha sumado recientemente un nuevo reconocimiento en su ya exitosa carrera como creadora de rosas. Como publicó GuíaVerde, Ferrer se hizo con la Copa del Perfume en el primer Concurso Internacional de Rosas Nuevas celebrado en Nyon (Suiza). Hablamos con la obtentora valenciana para que nos hable de esta nueva rosa y el mercado y esencia de esta flor.


¿Qué hace de especial a esta rosa ganadora? ¿Cuál es su secreto?
Es su perfume. El recibir un premio internacional ya supone una gran satisfacción personal, un reconocimiento profesional y la sensación de estar al mismo nivel que otros obtentores extranjeros con un mayor historial. En un jardín de rosas un atractivo muy importante es el perfume de sus flores. Es un reto para los obtentores conseguir rosas con perfume, dado que el perfume es uno de los genes regresivos. La mayoría de los concursos internacionales premian de una manera especial las rosas nuevas con perfume. Su secreto es un proceso complejo que requiere tiempo y sistematicidad.

¿Cuáles son las tendencias actuales en el mercado de la rosa?
La tendencia actual es cultivar rosas de fácil manteniendo. Muy resistentes a plagas y enfermedades, que florezcan la mayor parte del año y que apenas necesiten poda. Un tema importante es que los estambres de las rosas atraigan a las abejas, por cuestiones de polinización, biodiversidad y lucha contra el cambio climático.
Los colores importan menos, van desde blancos, rosados y naranjas a rojos. Actualmente una tendencia en la jardinería pública es utilizar rosas de pocos pétalos, y estambres llamativos, que nos recuerden a las rosas silvestres, pero que reflorezcan constantemente. En un espacio público, plantar rosales, es una inversión para garantizar flores durante, al menos, un decenio.

FeDolça, la rosa ganadora en Suiza

 

La rosa, ¿es una flor todavía con mucho margen para nuevas creaciones?
La rosa está en pleno proceso de investigación. Debemos racionalizar más todavía el método y mejorar los resultados. Ello permitiría competir internacionalmente con mayor efectividad. Queda mucho por hacer. Considero muy importante el consolidar y divulgar el prestigio internacional que nuestra actividad investigadora está consiguiendo a lo largo de los años, e intentar conseguir que España y en particular Valencia, de antigua tradición rosalista y cultivo de la floricultura, se encuentre bien situada y valorada en estos medios internacionales.
Necesitamos que el verde conquiste la ciudad. Y el rosal, arbusto leñoso resistente, aporta dicho verde, además del colorido de sus flores.


Tras tantos años de investigación, ¿Cuáles considera que son las propiedades que debe mostrar toda rosa?
Insisto, resistencia a las enfermedades, vigor y fácil mantenimiento. Ello aparte del atractivo que suponen sus flores en cualquier jardín. Ahora, en especial interesa la recuperación de una característica, casi perdida en las rosas modernas, como es el perfume. De ahí la importancia que le doy el creciente premio recibido en Suiza.

Como dice la canción, la suya es “Una vida en rosa”… ¿Qué tiene para usted esta flor que no tiene otra?
La historia, la literatura, las manifestaciones artísticas y, como usted dice, las propias canciones, nos han manifestado desde siempre la importancia de la rosa en la vida de las personas, de manera privada, sentimental, y colectiva.

De todas sus rosas, ¿Cuál es su preferida? ¿Por qué?
Todas las rosas obtenidas por mí son mis preferidas,como ocurre con los hijos.
Desde el punto de vista más profesional me inclino por mis más recientes obtenciones: Castell d’Alaquàs, una muy buena variedad, que lleva el nombre del pueblo donde nací; Clotilde Sorolla, persona entrañable para cualquier valenciano; Concha Espina, una mujer escritora que casi obtuvo el premio Nobel, cuya presentación me ha permitido conocer a mujeres activistas en pro de la cultura que han enriquecido mi actividad profesional; y Fedolça, mi última obtención, premiada en Suiza.