Planta perenne de origen mediterráneo que alcanza el metro de altura y soporta temperaturas de hasta -10ºC. Aunque se considera una de las mejores plantas de follaje para borduras de arbustos, el acanto debe utilizarse con precaución ya que fácilmente se convierte en una plaga.Es muy ornamental en invierno y espectacular en primavera, pero la sequía del verano y el esfuerzo de producir semillas lo marchitan, con lo que hace falta una limpieza a medio verano.

Sus hojas son grandes de hasta un metro de longitud y muy anchas en roseta, profundamente lobuladas y de un color verde oscuro brillante, salen de un rizoma grueso que acumula agua y nutrientes.

 

Su floración se produce en primavera-verano, dando lugar a espigas florales de más de un metro de altura, con flores blancas con verticilos purpuras, que al madurar se secan y dan lugar a estructuras que pinchan, con lo que ha de manipularse con cuidado.

 

Es una planta muy empleada desde antiguamente, se pueden encontrar en cualquier construcción religiosa, incluso ha servido como referente en la decoración de construcciones antiguas.

 

 

Necesita lugares sombríos, ya que si le da el sol, se pone amarilla y no se adapta del todo bien.

 

No necesita excesivo riego, ya que es una planta adaptada a sequías, aunque si le gusta los lugares húmedos.

 

No es exigente en suelos, aunque los prefiere profundos, húmedos con materia orgánica y algo calcáreo.

 

 

Se reproduce fácilmente, ya de semilla, germinando automáticamente en contacto con el suelo y haciendo explotar las vainas que las portan. O con un fragmento de raíz, que quede suelto, surge otra nueva planta. Por eso dicen que es muy difícil de erradicar.

 

 

Se utiliza bajo arboles, donde otras plantas se ven con dificultades de crecer, ella se encuentra felizmente.

 

Muy empleada desde la antigüedad en zonas religiosas donde la sombra es densa.