Se trata de un árbol pequeño de unos 4 a 7 metros de altura. Posee un porte redondeado aunque sus ramas tienen un crecimiento algo colgante. Las hojas compuestas y doblemente pinnadas tienen un aspecto plumoso, perenne y de color glauco.
La floración se produce en invierno durante los meses de enero-febrero dando lugar a una impresionante floración de color amarillo-cobrizo brillante. Las flores son alígeramente perfumadas.
Una vez acabada la floración aparecen unas legumbres verdes con el borde reticulado, que pasan a un color pardo cuando maduran.
Cultivo:
Hay que situarla en un lugar donde reciba mucha luz, a pleno sol o semisombra. Soporta las heladas de corta duración que no desciendan por debajo de los -5ºC. No es exigente en cuanto a suelos soportando los suelos pobres, frescos o secos y los terrenos calcáreos.
Aunque no la necesita, en su estado juvenil agradece una poda de limpieza y formación justo después de la floración.
Multiplicación:
Se puede multiplicar en primavera por semillas metidas en agua con anterioridad; en verano por esqueje o por injerto en Acacia retinodes.
Usos:
Estos árboles se emplean para formación de masas y en pequeñas alineaciones. Muy recomendada para todo tipo de litoral mediterráneo y para primeros términos de vegetación.