Árbol caducifolio nativo de origen ornamental. Alcanza una altura de unos 4-6 m. Sus hojas son simples, elípticas y con bordes dentados de color negro púrpura ligeramente pequeñas y caducas. La copa es de forma redondeada y algo desordenada con multitud de ramas.
La floración se produce en primavera, antes que las hojas, típicas de la familia de las rosáceas con pétalos grandes y de color rosa pálido.
Los frutos aparecen tras la floración dando lugar a frutos carnosos de color oscuro. Las semillas son grandes y huesudas.
Cultivo:
El ciruelo hay que plantarlo en un lugar donde reciba sol con un suelo rico y profundo con aportes de materia orgánica. Soporta climas fríos, soportando heladas fuertes, sin embargo no soporta las heladas tardías. Es apto para ciudades pues también tolera altos niveles de contaminación y sequías moderadas.
Hay que darle una poda durante el reposo invernal, pues fomenta la aparición de flores que pasarán posteriormente a frutos. Hay que eliminar todo tipo de ramas altas, chupones y madera muerta.
Suele tener algún problema con la roya, pulgones y cochinillas que son fáciles de tratar.
Multiplicación:
Se reproducir acodo ó esqueje, aunque lo más usual es injertarla en un pie de Prunus dulcis para obtener un arbolito más vigoroso.
Usos:
Sus usos ornamentales son diversos, empleándose estos árboles de sombra, como elementos decorativos solitarios o en alineaciones.